Cuidando al adulto mayor en casa
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ASISTENCIA AL
ALIMENTAR AL ADULTO MAYOR
El alimentar al adulto mayor representa un reto a la inteligencia del
cuidador: puede ser desde dedicar un poco de tiempo para acompañarle y
platicar con el adulto mayor mientras come, hasta casi suplicarle,
prometerle premios, desesperarse o montársele tratando de meterle la
cuchara porque “es por su bien”. Como un comentario previo es necesario
mencionarte que el adulto mayor sano, aunque esté totalmente
incapacitado, come lo que le den. Si no lo hace, ésta es una de dos
situaciones: está enfermo o requiere manejarte a ti o a la familia.
Recuerda que ese manejo puede obedecer a situaciones no controladas por
el mismo adulto mayor, obrando sólo por la respuesta o por la excelente
atención que observó de parte de su cuidador en ocasiones anteriores.
Si el adulto mayor está enfermo, llama a su médico.
Recuerda también que la alimentación que le brindas a tu adulto mayor es
para el propio bienestar del mismo, no para ti, hácelo saber si es
posible. No olvides también que la capacidad del estómago de la persona
es mucho menos que la tuya, por lo tanto no esperes que coma la misma
cantidad.
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Al disponerte a alimentarlo, trátalo con suavidad,
déjale ver que ese tiempo es para él, ponle música calmada, adopta una
actitud serena, sonríele, háblale con cariño, pero nunca finjas,
recuerda que las palabras aderezadas con afecto siempre acarrean buenos
resultados.
Sus alimentos deberán estar siempre a una temperatura conveniente, tal y
como a ti te parecerían justos: la presentación deberá ser, en lo
posible, apropiada, llamativa. Lo ideal es y siempre será que le des de
comer en el comedor, a la hora en que todos comen, para favorecer su
apetito y su convivencia con el resto de la familia. Evita tenerlo
comiendo en una habitación aparte, separado de la familia, hasta que
llegue el momento en que eso sea necesario (alimentación por sondas,
agresión de parte del adulto mayor al recibir los alimentos). Por otro
lado, el resto de la familia recibe de esa manera una sutil información
que años más tarde le podrá ser útil.
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Coloca de
preferencia un delantal de plástico para evitar derrames de alimentos en
su ropa; con esa medida, no tendrás que cambiarlo en innumerables
ocasiones. Sitúate siempre sentado frente o a un lado de la persona. De
esa forma te darás cuenta de cualquier situación normal (que se pase el
bocado, que desee tirarlo, si se ensució los labios, etc.), o anormal
(si se atraganta; recuerda que es una situación que muy comúnmente causa
la muerte en el adulto mayor por asfixia).
Gentilmente, cucharada a cucharada, lleva a su boca los alimentos que él
o ella acepte. Fuérzalo suavemente sin llegar al punto de prometerle
premios si come, o menos aún amenazarlo si no lo hace, recuerda que él
aceptará lo que a él le satisfaga. No quieras que coma lo que tú, ni que
coma para satisfacerte a ti. La necesidad de alimentarlo es de él, no
tuya.
La cuchara o cubiertos que emplees para la alimentación del adulto mayor
deberán de ser los apropiados, evita cucharas demasiado grandes o de
bordes filosos, evita también en lo posible el uso del cuchillo y del
tenedor. Si te ves en la necesidad de cortar los alimentos, hazlo en la
cocina, antes de sentarte a alimentarlo. El uso del tenedor déjalo para
cuando la persona que cuidas te lo pida. Esas pequeñas precauciones
evitarán que le lesiones la lengua, las encías, u otras estructuras
bucales.
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Dietas especiales.
La mayoría de los adultos mayores que requieren de auxilio a la hora de
los alimentos tienen también la necesidad de dietas especiales, ya en su
composición, ya en su textura, o en su preparación. Las dietas para
diabéticos serán indicadas por su médico, aunque muchos, son
relativamente estables y es posible ser un poco más flexible al
alimentarlos.
Otros casos exigen una preparación especial, como aquellos en los que se
requieren dietas limitadas en calorías. Tales dietas se encuentran en el
mercado, pero el más apropiado para establecerlas es el médico que
atiende al adulto mayor. Cuando se trata de una persona obesa tiene
muchas, tal vez demasiadas probabilidades, de sufrir infarto cerebral o
de miocardio.
La situación más frecuente será siempre la de alimentar a un adulto
mayor sin dientes, es decir, sin la capacidad de masticar con facilidad,
por lo que una medida ideal la constituyen los purés y los licuados. Los
purés son la comida regular licuada y sin haberla colado (la fibra
contenida en los alimentos será definitivamente benéfica para obrar o
defecar con menor dificultad), cuidando de no revolver todos sus
platillos en un solo puré (imagínate a ti mismo comiendo eso). En los
licuados, el elemento dominante es el agua o la leche. Trata
invariablemente de percatarte que sus alimentos sean de buen sabor y
temperatura, tal y como lo hacías con tus hijos...¿recuerdas?
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Alimentación por sonda. Cuidados.
Muchos de los adultos mayores con problemas neurológicos requieren ser
alimentados a través de una sonda o tubo de material plástico que pasa
generalmente por uno de los orificios de la nariz o, en otras ocasiones,
a través de una incisión que se practica en el cuello o en el abdomen.
Con esta medida se garantiza el aporte nutritivo del paciente, a pesar
de que no pueda tragar. La dieta que se administra de esta forma
generalmente es aconsejada por su médico, aunque se ha encontrado que la
comida regular licuada con suficiente agua y colada (ahora sí, para
evitar que se tape u obstruya la sonda), constituye una excelente forma
de nutrición del paciente en esta situación. La cantidad de cada comida
la fija el médico basándose en la respuesta de la persona atendida.
Para la alimentación con sonda se requiere una sonda generalmente
colocada por el médico, ya en la nariz, en el cuello o en el abdomen.
Estas últimas deben de ser colocadas en la sala de operaciones, por
médico especialista y con el paciente anestesiado ligeramente. A ambas
sondas se les conecta una bolsa que contiene la comida ya preparada.
Ésta se debe colocar a una altura superior a la del tronco de la
persona; de lo contrario, por gravedad, lo que se encuentre en el
estómago (restos de alimentos, jugos gástricos), saldrá por la sonda
hacia la bolsa.
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A
mayor altura de la bolsa, mayor será la velocidad con que pasen los
alimentos al estómago, por lo que se deberá colgar la bolsa a
determinada altura (60 ó 70 cm. por arriba del nivel del paciente) y con
un control tipo tornillo que estrangula la manguerita que forma parte de
cada bolsa. Cada “bolo” o bolsa con alimentos deberá pasar lentamente,
durando desde 20 minutos hasta una hora o lo que le indique su médico.
Invariablemente, después de pasarle sus alimentos por la bolsa, deberá
de pasarle de 50 a 250 c.c. de agua, para que la sonda pueda lavarse, a
la misma velocidad que le pasó los alimentos anteriores. La bolsa hay
que lavarla en el lavamanos o en el fregadero con agua tibia, dejándola
lista para la siguiente comida.
Si la bolsa se perfora, cámbiala por una nueva y recuerda que no
requiere esterilización. Una vez pasados los alimentos y el agua, en la
experiencia se ha encontrado que la sonda que pasa por la nariz debe
dejarse sin tapar ni anudar, para permitir salir por ella el aire que
exista en el estómago. Solamente debes recordar que hay que colocarla
por encima del nivel del cuerpo para evitar cualquier reflujo por la
sonda. La que se coloca en el abdomen, sí es conveniente cerrarla de
alguna forma.
En el caso del paciente alimentado por sonda, es extraordinariamente
frecuente el estreñimiento.
Su médico será el indicado para prescribir algún medicamento o alguna
medida (lavados intestinales o enemas, supositorios, maniobras digitales
y manuales) para ayudar a la persona a que evacúe.
El cuidado de la sonda es lógico puesto que debe de estar siempre limpia
y libre de depósitos alimenticios. La sonda que se introduce por la
nariz (sonda nasogástrica), se cambia cada vez que está sucia o cuando
toma un color café. En ocasiones debe ser cada 7 días y eventualmente
tolera ser cambiada cada 20 ó más días pero lo conveniente es que la
cambies cuando mucho cada 10 días.
Como se debe fijar a alguna parte de la cara (frente, la mejilla), es
muy aconsejable el utilizar una cinta del tipo micropore para evitar
lastimar la piel al retirarla.
Otra medida necesaria es la de impedir que la sonda ejerza excesiva
presión contra el ala de la nariz por la que está pasando, ya que podría
causar necrosis (muerte de un área de cualquier tejido).
El aseo cuidadoso, mas no escrupuloso, es recomendado en la nariz y las
áreas vecinas por donde penetra la sonda.
En lo referente al cuidado de la sonda que penetra por el abdomen, dado
que por lo general está construida con un material antiadherente,
requiere ser cambiada con menor frecuencia que la nasogástrica.
El cambio de sonda deberá hacerlo el médico que la colocó, o un médico
con esta capacitación. Puesto que la sonda penetra por una perforación
quirúrgica en la pared del abdomen, el aseo cuidadoso y la limpieza
escrupulosa son necesarios para evitar la instalación de un proceso
infeccioso en el área.
También es muy recomendable mantener el sitio por el que penetra la
sonda cubierto con una gasa con vaselina.
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Introducción
Cuidado cotidiano - Cuidándose para cuidar con
calidad - Cuida tu propia salud
El aseo del adulto mayor
Baño - Baño de esponja - Aseo del cabello
Manejo del adulto mayor en cama
Uso de almohadas para apoyo - Lista de comprobación de equipo - Escaras,
llagas o úlceras por decúbito - Manejo y prevención - Colchón de agua -.
Colchón de aire de presión intermitente - Colchón de “huevera” o
cascarón de huevo - Protectores para talones y codos - Tratamiento
Accesorios para el cuidado del adulto mayor
Bastones - Andaderas - Muletas - Soportes (para cuello,rodilla,tobillo y
brazo) - Férulas - .Grúas - Accesorios para cocina -
Accesorios para el oído - Accesorios para el baño -
Excusados - Accesorios para el excusado - Orinales -
Sondas de permanencia
Manejo práctico de la silla de ruedas
Uso de la silla de ruedas - Movilización del adulto mayor de la cama a
la silla y viceversa
Asistencia en cama
Asistencia al alimentar al adulto mayor
Dietas especiales - Alimentación por sonda. Cuidados
Principales emergencias en el adulto mayor mayor
Los accidentes caseros - Algunas recomendaciones para la época de frío
- Los accidentes caseros más frecuentes
Actividades mentales
Conducta perseverante y repeticiones - ¿Por qué ocurren
comportamientos repetitivos? - Consejos útiles para prevenir o
disminuir la aparición de estos comportamientos - Control de
comportamientos problemáticos
Actividades físicas
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