CUIDANDO AL ADULTO MAYOR EN CASA
Introducción
Aunque
existen
Asilos,
Casas
de
Reposo,
Hogares
de
ancianos
y
tantos
otros
lugares
en
quienes
derivar
nuestra
responsabilidad
de
atender
y
cuidar
a
quienes
nos
dieron
la
vida
y
nos
apoyaron
en
forjar
nuestro
futuro,
la
casa
donde
vivieron
por
muchos
años
rodeados
de
su
familia,
es
sin
lugar
a
dudas
el
mejor
lugar
para
pasar los últimos años de nuestras vidas.
En
nuestra
sociedad,
el
cuidado
de
los
ancianos
de
la
familia,
aún
cuando
presenten
limitaciones
y
enfermedades,
representa
un
reto
sobre
la
atención
adecuada
que
se
les
debe
y
puede
proporcionar,
debido
a
la
reciprocidad
que
nos
merecen.
A
pesar
de
las
dificultades,
tratamos
de
conservar
a
nuestros
abuelos
en
casa,
lo
que
implica
atender
sus
necesidades
diarias
en
la
medida
que
dependen de sus cuidadores.
El
cuidado
del
anciano
en
el
hogar
exige
atención
personalizada,
equilibrando
el
respeto
por
su
dignidad
y
la
satisfacción
de
sus
necesidades
físicas.
Para
quienes
están
confinados
en
cama,
se
requiere
asistencia
constante,
desde
actividades
básicas
como
el
aseo
hasta
garantizar
su
comodidad
y
prevenir
úlceras
por
decúbito o de presión (escaras).
Los
cuidadores
suelen
generalmente
aprender
por
experiencia
cómo
ayudar
al
paciente
en
sus
rutinas
diarias
y
manejar
comportamientos
problemáticos.
Aquí
trataremos
de
proporcionarles
algunos
breves
consejos
para
facilitar
su
tarea.
Es
recomendable
buscar
asesoramiento
del
personal
de
salud
del
adulto
mayor
especializado
o
consultar
con
los
videos
disponibles
en las redes, para mejorar la calidad del cuidado.
Los
cuidadores,
generalmente
mujeres,
enfrentan
un
agotamiento
constante
que
puede
afectar
su
salud
física
y
mental.
Es
importante
establecer
turnos
familiares,
tomarse
tiempo
libre
y
recibir apoyo médico y emocional cuando sea necesario.
Cuidar
la
propia
salud
es
esencial
para
los
cuidadores,
incluyendo
una
dieta
equilibrada,
descanso
adecuado
y
atención
a
los
síntomas.
El
apoyo
emocional,
ya
sea
a
través
de
grupos
de
apoyo
o
terapia
profesional,
puede
ayudar
a
manejar
el
estrés
y
mantener
una
calidad
de
vida
adecuada
para
cuidar
a
los
ancianos con eficacia.